Hay que corregir. Nuestros hijos están en formación y es inevitable que se equivoquen, que se olviden o que sencillamente no quieran hacer lo que deben hacer en cada momento.
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Ellos lo saben y entienden que debamos hacerlo, aunque no les guste.
Lo que ya no toleran con tanta comprensión es que lo hagamos de manera imperativa, con juicios de valor y desde una posición de poder. En este caso se cierran en banda, dejan de escuchar y comienzan a sentir. Y sienten que les recriminas, que te han decepcionado y que no están a la altura. Entonces en lugar de obedecer o de entender nuestra posición lo que hacen es sentir rencor. Seguro que éste no era tu objetivo pero para corregir bien hay que aprender a hacerlo. |
Objetivos que debes perseguir al corregir
Para conseguirlos, nuestros hijos deben tener una mente flexible, pensar en grande y querer escuchar. Y para ello, no hay más camino que corregir con respeto, teniendo siempre in mente una intención y un propósito.
Por Elena Roger Gamir , pedagoga del Gabinete Solohijos |
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