viernes, 6 de septiembre de 2013

La justa medida

Ayer fue un día "duro". La verdad es que se están portando fenomenal, los tres mayores de cinco, cuatro años y 20 meses están todo el día jugando juntos y no exagero cuando digo todo el día, les encanta jugar juntos y unen de una manera muy graciosa a las princesas y a los coches para poder jugar juntos. No han habido peleas estos días esperando la vuelta al cole y doy gracias a Dios por ello. No me puedo quejar, pero la realidad es que siempre nos quejamos. Llevan toda la mañana en una habitación jugando, Rocío (20meses) ha estado un par de horas en su guardería, han comido los tres juntos de lujo y vuelta a jugar. Y ahí están, jugando los tres juntos y yo con Alvarito (8 meses) escribiendo en el blog.

 
En la crianza y educación hay días fáciles y días difíciles y tenemos que ser conscientes de eso. Mis hijos son muy buenos (podemos pensar...) y ponernos nerviosos cuando fallan. También podemos pensar lo siguiente, que bajo mi punto de vista es lo justo: mis hijos son muy buenos pero tienen estos fallos, como yo los tengo y como los tenemos todos y a partir de ahí manos a la obra para ayudarlos a mejorar. Uno puede ser más orgulloso, otro menos generoso, otro más sensible, otro más gritón. Pues en vez de exigir que sean mejores o de desanimarnos tenemos que ayudarles a que sepan compartir, a que sean recios, a que se habla sin gritar.... Y luego educarnos a nosotros mismos porque esto no es de un día para otro pero con constancia veremos los frutos en el futuro.
 
Pero ayer fue un día duro... Se nos acaban las fuerzas a ciertas horas del día y ellos parecen que tienen más. Hemos perdido el ritmo en estos últimos 15 días de agosto... Y cuesta recuperar el orden, el horario y la rutina. Bueno, vamos a tomarnos las cosas bieeennnn y en su justa medida, cada día adelantaremos el horario un cuarto de hora para que el domingo ya tengan un horario más normal y empiecen el primer día de cole con fuerzas. ¡Ánimo mamis!

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